Está de acuerdo con utilizar parte de las reservas para mover la economía y resolver el tema social. Niega ser "neokirchnerista", y propone la creación de un espacio alternativo al peronismo y radicalismo. Dice que la compra de los 2 millones de dólares es algo "detestable e indefendible". Está de acuerdo con investigar la legitimidad de la deuda externa.
ver más imágenes
Cacho Fernández
cfernandez@elpopular.com.ar
Su objetivo en esta Argentina tan dicotómica, en la que la realidad política parece estar dividida entre ángeles y demonios, es la de conformar "con tiempo y paciencia", una fuerza "autónoma, independiente del bipartidismo tradicional tan viciado, tan degradado y corrompido".
El diputado nacional Martín Sabbatella es el líder de Nuevo Encuentro, un partido que busca "dialogar con la historia para tomar lo mejor de ella".
Calificó de "detestable e indefendible" la compra por parte de Néstor Kirchner de 2 millones de dólares para adquirir un hotel en El Calafate, pero destacó las políticas acertadas del Gobierno, al que ubicó dentro del progresismo y la centroizquierda.
Según dijo, el progresismo está en el oficialismo y en la oposición, pero que por esta crisis en la política "están juntos muchos que tendrían que estar separados y separados quienes deberían estar juntos".
Sabbatella sabe que en esta realidad tan etiquetada entre oficialistas y opositores, sin posibilidad de medias tintas y sin que se permita una adhesión parcial y objetiva a lo bueno de cada uno, la tarea de ser independiente no es nada fácil.
Reservas y deuda externa
-¿Está de acuerdo con utilizar las reservas del Banco Central?
-El país tiene 48.000 millones de dólares de reservas, de las cuales hay 18.000 millones por arriba de lo que se necesita para cubrir la base monetaria. En ese sentido, la utilización de esta parte de las reservas para constituir un fondo de garantía o utilizarlas para pagar la deuda externa a nosotros no nos parece mal. Pero sí creemos que permitiría liberar una parte del presupuesto para la deuda interna, para políticas sociales, infraestructura, obra pública. Sí estamos de acuerdo con el Fondo del Bicentenario, pero el Congreso deber discutir adónde van y cómo se van a aplicar los fondos que se van a liberar del presupuesto actual.
-¿No cree que habría que investigar la legitimidad de la deuda externa?
-Creemos que sería importante que la democracia salde esta deuda de discutir la situación de la deuda, que el Congreso vea cuál es la legítima, los responsables de lo que pudo haber sido ilegítimo, quiénes se beneficiaron...
-¿Entonces usted está de acuerdo con tocar las reservas?
-Sí, claro. Mire, en el fondo hay un debate más profundo que tiene que ver con posiciones políticas e ideológicas. Los sectores más conservadores no quieren que se utilicen las reservas, pero no están diciendo que no se pague la deuda. Están diciendo que se pague del Presupuesto y hacerlo así implicaría tener menos recursos para políticas sociales, menos para obra pública... Nosotros creemos que hay que utilizar las reservas y liberar recursos porque estamos convencidos, al revés de lo que dicen los sectores conservadores y liberales, que hay que ampliar el gasto público, expandir la inversión pública y esto implica una actitud activa del Estado, que es la de inyectar recursos en la economía real, justamente para que eso genere mayor producción, aumente el consumo, la demanda, y mayor empleo. No creemos en que hay que enfriar la economía, achicar el gasto público... Nos parece que debe ser lo contrario.
-Para algunos economistas, esto generaría inflación...
-Igual hay que hacerlo, aunque con un control de precios. Creo que hay que ampliar la oferta y no pisar el consumo.
-Eso me parece mejor, porque el control de precios no funcionó nunca...
-Sí, pero la receta que les sale enseguida a los neoliberales es achicar el gasto, bajar el consumo... y no piensan que eso impacta negativamente en la población.
-¿El Gobierno cometió un error en enfriar la economía para detener la inflación en el primer semestre de 2008, después del conflicto con el campo?
-El Gobierno es contradictorio, con claroscuros, con cosas buenas, otras malas, otras buenísimas y otras malísimas. Es un Gobierno que tiene antídoto y veneno al mismo tiempo. Por eso nosotros, que no pertenecemos a él, tenemos una política autónoma e independiente, podemos acompañar lo que está bien y criticar lo que está mal. De hecho, en estos días dijimos que estábamos de acuerdo con el Fondo del Bicentenario porque si hay una decisión de ampliar el gasto público. Y de la misma manera que estoy de acuerdo con la designación de Mercedes Marcó del Pont. Me parece que rompe con años y años de presidentes del Banco Central que tenían que ver con el Consenso de Washington y este modelo del Banco Central como garantía de estabilidad de la moneda. Si bien esto está bien, hay otros objetivos, como el de pensar que la economía tiene que servir básicamente para construir una sociedad para todos.
Reforma política
El líder de Nuevo Encuentro advirtió que "todavía no hemos hablado de candidaturas, pero sí estamos construyendo una propuesta política en todo el país, progresista y popular".
-¿Con quiénes sí y con quiénes no?
-El progresismo en la Argentina se encuentra en una parte de la oposición y en una parte del oficialismo, y esto es así porque el sistema político está en crisis, y están juntos o separados quienes no tendrían que estar. Hay que barajar y dar de nuevo, y unir a quienes tienen que estar unidos.
-¿Piensa que la reforma política apunta puede resolver esa cuestión?
-No, para nada, la reforma política me parece lesiva, negativa, intenta encerrar el debate público en el universo del bipartidismo de dos partidos tradicionales, y eso es retroceder, porque el PJ y la UCR están agotados como herramienta de transformación y son estructuras ancladas en lo viejo, están viciadas, degradadas... y cualquier colectivo los deja bien porque un día tienen una idea y otra al día siguiente. Por su nivel de pragmatismo pueden llegar a hacerle un monumento al Estado y luego uno al mercado.
-¿Usted es un neokirchnerista?
-No, no lo soy. Muchos sectores políticos y de la comunicación nos han dividido entre K y anti-K, y punto. No estamos en esa división. Somos autónomos, independientes, siempre fuimos solos, en Morón, y en la última elección hemos confrontado con Kirchner.
-¿Es posible ser hoy independiente?
-Creo que es posible y a la vez necesario porque esa autonomía tiene que ver con la construcción de una herramienta política nueva, que nosotros creemos necesaria, por fuera del PJ y de la UCR. Hay que unir el espacio progresista con un diálogo profundo con la historia para nutrirse de lo mejor.
-Pero hasta ahora esas alternativas aparentemente superadoras han fracasado. Le pasó a Raúl Alfonsín, también a Kirchner...
-Porque han tomado atajos y terminaron atados a una de las patas del bipartidismo. No se bancan el tiempo y hay que tener paciencia. El Frente Amplio en Uruguay lo hizo y acaba de cumplir 39 años. Además, hay empezar por reconocer que el progresismo no está sólo donde está uno.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario